La mastectomía, como cualquier otra cirugía, tiene efectos secundarios. Tu sistema inmune reacciona como lo haría ante una herida y envía fluído linfático a la zona para ayudar a que se cure. El resultado: linfedema, es decir, hinchazón y molestias alrededor del pecho, las axilas, los brazos…
Una de cada cinco mujeres acaba desarrollando linfedema tras el cáncer de mama. No siempre a los pocos días de la operación, pueden pasar meses. Suele haber dolor de hombro, falta de movilidad en los brazos, sensación de pesadez…
El drenaje linfático en esta zona sirve para mover ese fluído linfático, haciendo que poco a poco la hinchazón y las molestias desaparezcan para que vuelvas a realizar tu actividad diaria con normalidad.
Además del drenaje linfático, es necesario realizar ejercicios de forma periódica.