Cómo ayudar a nuestro hij@ a que se adapte al colegio
Ha concluido septiembre, el mes del inicio del nuevo año escolar. Es muy probable que en este mes hayamos observado a nuestro hijo/a con varios cambios en su conducta y con dificultades de adaptación al nuevo curso. Esto es bastante frecuente, pero no hay que preocuparse.
Estas son algunas maneras de reducirlo: ir adaptando la rutina y horarios de manera paulatina cuando va a empezar el cole, “dar ejemplo”, si nosotros mismos renegamos de la vuelta al trabajo, va a ser complicado motivarles a ellos de cara a acudir a su centro escolar.
También es positivo mostrar mucho interés por su vida escolar, preguntarles qué hacen en el cole, a qué juegan… Por supuesto es altamente recomendable tener un contacto fluido con el profesor/a de nuestro hijo.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo no se adapta bien al nuevo curso?
Pueden observarse varios síntomas: cambios bruscos de conducta, dificultades para dormir, que quiera evitar ir al centro escolar. Además, el profesor nos puede comentar si juega en el recreo o está más aislado.
Es muy probable que en este mes hayamos observado a nuestro hijo/a con varios cambios en su conducta y con dificultades de adaptación
¿Hasta cuándo es normal que los niños tengan dificultades para adaptarse al curso nuevo?
Influye de manera muy significativa la edad y de hecho en los alumnos de tres años es el propio colegio el que marca el período de adaptación, marcando una fecha de inicio de jornada por horas y otra en la que ya se reincorporan todos los compañeros y con el horario lectivo normal. En niños más mayores, un mes (si ha habido cambios importantes, de compañeros o colegio) puede ser un período aceptable para que se haya producido una adaptación si no total, sí bastante positiva.
¿Y si mi hijo cambia de maestro o de colegio?
Para empezar no nos debe extrañar que el niño se muestre reacio al cambio (incluso aunque no le gustara mucho el profe del año anterior, dado que a veces nos quedamos con más vale malo conocido que bueno por conocer). Debemos explicarle los beneficios del cambio, incluso las causas de éste. Por ejemplo, el cambio de maestro es probable que venga marcado obligatoriamente por el cambio de ciclo educativo. De nuevo, nosotros mismos no debemos juzgar este hecho con comentarios tales como, “va a ser imposible que el/la de este año sea tan bueno como el año pasado”. Si el cambio no es solo de maestro, sino de centro escolar, es recomendable que antes de empezar el nuevo curso escolar nuestro hijo/a conozca el centro aunque sea de vista.