Por qué hay que dejar que los niñ@s salten en los charcos
Observo que sin haber llegado el invierno aún, muchos parques infantiles están vacíos ¿tanto frío hace? El otro día me cuentan que en una escuela infantil los padres se han enfrentado con la profesora por permitir que los niños salten en los charcos del patio y se mojen y no puedo dejar de reflexionar:
¿Se nos ha olvidado lo importante que es la diversión y el experimentar para el desarrollo de nuestros hijos? El juego forma parte de su desarrollo y tenemos qué entender cómo funciona su mente para ayudarles en el proceso.
Les encanta inventarse juegos
Los niños aprenden jugando y además, no hay que guiar su juego. Una vez vi a mi sobrino cambiar el pañal de su camión…el otro día me vi abriendo la puerta de la calle para dejar pasar a su amigo lobo. El juego espontáneo les ayudará a usar su imaginación. Eso no quiere decir que no haya normas. En el ejemplo de los charcos, podemos aprovechar y explicarles: “Llevas botas de agua y chubasquero, estás en un parque y puedes saltar”. Al final, ellos nos dirán: “Vamos a casa a por las botas que quiero saltar en el charco”.
Les encanta ver los mismo una y otra vez
Curiosamente, los niños son de extremos: tanto les gusta la novedad como la repetición. A los adultos no nos cuesta entender por qué algo novedoso es divertido, en cambio no entendemos porque ven la misma película una y otra vez o nos piden el mismo cuento todas las noches. La repetición (de una misma película, libro o canción) les ayuda a comprender mejor una historia y les transmite seguridad, les da a entender que el mundo puede ser predecible y seguro.
Los niños tienen que jugar, salir a la calle, mojarse, pasar frío, calor, caerse….Aprendamos a disfrutar con ellos.
Los niños no tienen prisa
Los niños no deben tener las mismas prisas que tienen los adultos. Si esto, aunque nos cueste, supone salir antes para llevarlos al cole y acompañarles andando hasta la puerta, hay que hacerlo. Aunque nos parezca tedioso llegará un momento en el que lo echaremos de menos, ya sabéis, cuando entren en la adolescencia y sean ellos los que nos pidan, “mama, papa, ya podéis dejarme aquí, que por allí van mis amigos”.
Los niños aprenden de forma emocional
Antes de llegar al colegio y empezar una educación más formada y reglada los primeros aprendizajes que realizamos se hacen de manera más emocional, experimental y observacional. De hecho, si no perdiéramos ese interés por aprender estoy segura que no habría tanta desmotivación escolar en fases posteriores.
Pero para que aprendan jugando, tienen que jugar, salir a la calle, mojarse, pasar frío, calor, caerse….Aprendamos a disfrutar con ellos, aunque el salón no esté perfectamente recogido, aunque encontremos una pinza en el congelador o aunque tenga que llevar varias ropas de recambio a diario.