¿Cómo afecta una separación
a los hijos?

La actitud de los padres será clave para que los niños asuman el proceso de separación con normalidad. En cualquier caso, los cambios de rutina necesarios siempre afectan a los hijos y hay que estar alerta.

Cómo actuar

Hay que contarles lo que pasa, de forma directa. No hay que subestimar la capacidad que tienen los pequeños de intuir lo que pasa a su alrededor aunque no se lo cuenten. Por eso, mentir nunca es una buena opción.

Observar su comportamiento: En caso de divorcio o separación, incluso en los pacíficos, muchos niños reaccionan mal: aumentan las rabietas, la irascibilidad, duermen o comen peor. Es necesario asegurarse de que esto se va calmando con el tiempo, cuando asumen la nueva situación.

¿Cómo reaccionan los más pequeños?

Antes de los 3 años, les cuesta entender lo que pasa y hay que mantener siempre la presencia de ambos padres. A partir de esa edad, comprenden lo que significa una separación aunque pueda afectar a su estado de ánimo.

Lo que no hay que hacer

Criticar a la otra parte de la pareja delante de ellos o discutir.
Apoyarse en ellos demasiado.
Descuidar la educación de los hijos, por ejemplo «comprándoles» con regalos.

Mantener las rutinas

Es muy importante mantener las rutinas, pero no sólo los horarios, actividades, ir al mismo colegio… Las normas familiares deben ser las mismas. No se pueden relajar los límites para «compensar» por el daño causado.

¿Cómo lo tratamos?